La voz de la rabia
Algunas personas reprimen la rabia y otras se quedan a vivir en ella, exacerbando la emoción. Son dos escenarios que tienen algo en común, no están escuchando la voz de la rabia.
En mi vida la rabia fue por años un estado del ser, algo con lo que vivía a diario, era mi forma de responder, actuar y decidir, ya era parte de mí, no era consciente de ello. Recuerdo a mi mamá diciendome: “Rafa ¿por qué respondes así?, trabaja tu paciencia, estás alterada, ¿por qué reaccionas así?” No importaba cuantas veces me lo dijera, yo no lo veía, ni lo quería reconocer.
Esta actitud y emoción las hice parte de mi y de mi personalidad.
Joe dispensa habla de que estamos tan acostumbrados a vivir en ciertas emociones que nos hacemos adictos a ellas y las convertimos en un estado del ser, esa emoción se convierte en un lugar seguro dónde sabemos cómo actuar y vivir sin riesgos, a pesar de que sea dañino.
Llegó un punto en que comencé a querer estar lejos del mundo, del ruido, de las personas, todo me molestaba y la verdad era que no me aguantaba ni a mi misma, y todo el mundo se convirtió en un reflejo de lo que estaba sintiendo, era de esos momentos donde acumulaste tanto la emoción que estás por explotar y dejarla ir, a punto de observarla. Ojo, esto puede suceder exacerbando o reprimiendo la emoción, ya que en en ninguna de las dos estás realmente consciente de la emoción, ni de lo que necesitas o lo que te está mostrando.
Entonces reconocí lo que estaba sucediendo, después del termino de una relación me di cuenta que me estaba abandonando, pude parar y permitirme sentir todas las emociones que también escondía detrás de la rabia, fui a terapia y eso me ayudo a escuchar la emoción.
Todas nuestras emociones incómodas tienen una voz, algo para mostrarnos y también una necesidad insatisfecha. Antes de acumular, reprimir o exacerbar una emoción, es importante que te des el tiempo de escucharla.